La agricultura ecológica como sumidero de CO2
Un estudio realizado en una eco-granja de China demuestra que la agricultura ecológica convierte los cultivos en auténticos sumideros de CO2. Si quieres enterarte de todo, ¡sigue leyendo y te contamos!
¿Sabías que aproximadamente el 35% de los gases de efecto invernadero (GEI) de todo el mundo provienen de la agricultura? ¡Pues sí! Sin embargo, estas emisiones se podrían reducir e incluso invertir a través de la agricultura ecológica, haciendo que se reduzca notablemente uno de los principales gases causantes del calentamiento global, el CO2.
Este tipo de cultivo mejoraría la capacidad del suelo a retener agua y nutrientes, descendería el riesgo de plagas y sequías, y además, aumentaría el contenido de materia orgánica en el suelo, fijaría el carbono y reduciría las emisiones de CO2.
Al disminuir el uso intensivo de fertilizantes sintéticos, se incrementa el rendimiento agrícola y en consecuencia se protege el medio ambiente.
Las certezas acerca de los beneficios de la vegetación y su capacidad fotosintética de remover C02 de la atmósfera, continúan nutriendo los últimos estudios.
Mismamente, ya en 2010 la Universidad de Murcia (España) obtuvo y comparó las velocidades netas de fijación de CO2 de una especie agrícola como es la lechuga y dos especies de vegetación natural muy extendidas en la Región de Murcia como el Pino (Pinus halepensis) y el Esparto (Stipa tenacísima). De estos resultados se deduce que una hectárea ocupada por una conífera, como es el pino, de 14 años de edad fija diez veces menos de CO2 que otra en iguales condiciones de riego destinada a árboles frutales.
La agricultura no se diferencia mucho de un bosque, la planta fija parte del CO2 en el suelo gracias a sus raíces, comportándose como un sumidero a largo plazo, mientras que el CO2 necesario para el carbono contenido en la cosecha y subproductos se comporta como un sumidero temporal. Pero resulta importante señalar que este sumidero temporal podría ayudar a combatir el cambio climático, ya que, la fijación por la planta y la consecuente remoción o retirada de CO2 de la atmósfera se renueva año a año.
Además, habría que tener en cuenta el tipo de plantaciones, ya que la capacidad de sumidero varía de unos cultivos a otros según su tasa de fijación de CO2 y de su nivel de emisiones.
A estas conclusiones, entre otras, se le suman las obtenidas por el Instituto de Botánica de la Academia China de Ciencias, en la investigación realizada por el investigador de dicho centro Jiang Gaoming, el cual ha realizado un experimento en un eco-granja del este de la China rural, informa Science China Press a través de Eurekalert!.
Jiang Gaoming centró su investigación en la sustitución de fertilizantes químicos por abono orgánico. Más concretamente, comprobó que usando los residuos de los cultivos para la alimentación del ganado y destinando su estiércol (convertido en compost) a los campos de trigo y maíz en rotación en invierno, se disminuye significativamente la emisión de gases de efecto invernadero.
Estos resultados fueron calculados siguiendo las directrices marcadas por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) para inventarios de gases de efecto invernadero (2006).
En el estudio, se diseñaron cuatro proporciones diferentes de fertilizantes: 100% de estiércol de ganado, 100% de mineral de nitrógeno, 75% de estiércol de ganado más 25% de mineral de nitrógeno y 50% de estiércol de ganado más 50% de mineral de nitrógeno.
Los resultados demostraron que reemplazar el fertilizante químico con abono orgánico disminuyó significativamente la emisión de GEI. Los rendimientos de trigo y maíz también aumentaron a medida que se mejoró la fertilidad del suelo mediante la aplicación de estiércol de ganado. Tanto es así que este ecosistema agrícola pasó de ser una fuente de carbono (con una emisión de + 2,7 toneladas métricas de equivalente de CO2 anuales cada dos hectómetros) a ser un sumidero de carbono (-8,8 toneladas métricas de equivalente de CO2 anuales cada dos hectómetros).
Sin duda, otro estudio más que sitúa a la agricultura ecológica como una alternativa viable para combatir el cambio climático.
Además, los fertilizantes químicos y los pesticidas impactan directamente en la salud humana. “Ser o comer ecológico” no es una moda, es el retorno a la tradición, a la exclusión de fertilizantes y pesticidas del sistema productivo. Apostando por materiales biológicos, extractos de plantas y desechos orgánicos como fertilizantes para nutrir las plantas y la salud del suelo, y como pesticidas para controlar las plagas.
Si quieres profundizar en el tema, te dejamos el enlace a nuestro artículo “El impacto de los químicos en la agricultura”.
También puedes informarte sobre los Beneficios de una alimentación y una vida ecológicas.
Fuentes: Mitigating greenhouse gas emissions through replacement of chemical fertilizer with organic manure in a temperate farmland by Haitao Liu, Jing Li, Xiao Li, Yanhai Zheng, Sufei Feng, Gaoming Jiang