El impacto de los productos químicos agrícolas
En el mundo moderno especialmente en países industrializados donde el capitalismo juega un papel importante en cada negocio e industria incluyendo la agricultura, perseguir el beneficio económico es la motivación para cada capitalista. El impacto de los productos químicos en el medio ambiente y en la salud humana debe tenerse en consideración.
La agricultura moderna o “agronegocio” es una aproximación en desarrollo hacia innovaciones en la agricultura que ayudan a los granjeros a incrementar el beneficio en su producción. Estas innovaciones, mediante el uso de tecnología emergente, incluyen el desarrollo y mejora de semillas híbridas y la fitomejora genética, agroquímicos, maquinaria de la granja y ayudas energéticas en forma de irrigación de agua, fertilizantes y pesticidas. En algunas ocasiones el término “agricultura moderna o agronegocio” se dibuja bajo una luz negativa, como sinónimo de “granjas de empresa” que es un término usado para describir el tipo de agricultura practicado a gran escala por compañías o de propiedad empresarial. Esto incluye los roles de estos dueños empresariales en educación influyente, investigación, y políticas públicas en agricultura y sistemas de granjas mediante iniciativas de fundaciones y esfuerzos de los grupos de presión. Por definición, esto se contrasta con las pequeñas granjas regentadas por familias negocios de agricultura cuyo objetivo se dirige a un impacto mínimo y al desarrollo sostenible en agricultura con una vertiente ética.
Agricultura industrial y químicos industriales
La práctica de agricultura industrial se refiere a menudo a la producción industrializada de cosechas o, en resumen, una agricultura de gran escala donde el negocio está más preocupado en los beneficios y la minimización de costes más que en la calidad y en la sostenibilidad medioambiental. De acuerdo con la teoría de la producción, un negocio maximiza sus beneficios al operar cuando sus ingresos marginales igualan el coste marginal; de igual manera, en la agricultura industrial, la maximización de la productividad de las cosechas y la eficiencia de uso de recursos ha llevado al incremento de la demanda de químicos en la agricultura, específicamente pesticidas que incluyen herbicidas, insecticidas, fungicidas y nematicidas. Los agroquímicos, una contracción de químicos de la agricultura, son componentes químicos o sustancias utilizados en la agricultura para mejorar la fertilidad del suelo y regular el crecimiento de las plantas (fertilizantes químicos) o para proteger las plantas de plagas (pesticidas químicos). El mercado global de agroquímicos, en términos de valor fue de 215,18 miles de millones de dólares en 2016 y se estima que alcance los 308,92 mil millones de dólares en 2025, con Asia y el Pacífico como unos de los grandes demandantes de agroquímicos en 2016 y se antela que estará regido por varios factores, como el rápido crecimiento de la población, el crecimiento de la renta, la modernización de la industria alimentaria, etc. De acuerdo con el nuevo informe realizado por Grand View Research Inc., lo mismo ocurre irónicamente con el crecimiento de varias enfermedades severas como el cáncer e incluso la muerte tanto en humanos (especialmente por usuarios directos como granjeros) como en animales derivadas del impacto del uso de estos agroquímicos.
Salud y los efectos ecológicos de agroquímicos peligrosos
Una controversia reciente acerca del uso de paraquat, glifosfato y clorpyrifos ha llevado la opinión pública un conocimiento acerca de los efectos adversos y los riesgos para la salud asociados con estos pesticidas químicos altamente peligrosos. El paraquat y los glifosfatos son químicos altamente venenosos que se usan de manera extensiva como herbicidas (para matar plantas), sobre todo para malas hierbas y el control de la hierba. Causan un daño directo cuando entran en contacto con la línea de la boca, el estómago, los intestinos o los pulmones si es inhalado, y también es posible si se expone la piel. Clorpyrifos, de una manera parecida, es un pesticida de amplio espectro, para resumir, es un químico tóxico utilizado para matar una amplia variedad de plagas incluyendo la de insectos y gusanos. Pertenece a la misma clase de químicos del gas sarín, una clase llamada organofosfatos, y se conoce muy bien por los efectos dañinos que provoca en el sistema nervioso humano y ha estado relacionado con problemas neurológicos en niños. Bajo exposiciones altas al inhalarse, comiendo o en contacto con la piel, el clorpyrifos puede causar la inhibición de la colinesterasa en humanos, es decir, que puede sobreestimular el sistema nervioso cerebral causando mareos, confusión, náuseas y a un nivel crítico, parálisis respiratoria y la muerte.
Además del impacto directo en la salud humana, los fertilizantes químicos y los pesticidas también tienen efectos drásticos en el medio ambiente y en el sistema ecológico. Deterioran de manera adversa la salud del suelo y su calidad, llevando al agotamiento de nutrientes esenciales y materia orgánica natural en plantas. Pero por encima de todo, los procesos físicoquímicos y biológicos se perturban como resultado del uso excesivo de esos químicos. Además, el agua de riego está contaminada, así, la calidad del agua se reduce y el agua limpia escasea. La polución del agua y el suelo son dos de las categorías de la polución medioambiental y son la causa de la pérdida de biodiversidad y la extinción del ecosistema.
Agricultura orgánica y precauciones de seguridad en el consumo moderno
Recientemente el uso de estos agroquímicos ha sido prohibido o eliminados por razones de salud medioambiental en muchos países. Nosotros, como consumidores directos, siempre necesitamos ser conscientes y cautelosos respecto a lo que la industria alimentaria nos proporciona y provee. “Ser o comer ecológico” no es una moda, es el retorno a la tradición, a la tradición de la agricultura ecológica cuando el uso de fertilizantes y pesticidas estaban excluidos del sistema productivo. La agricultura ecológica utiliza materiales biológicos, extractos de plantas y desechos orgánicos como fertilizantes para nutrir las plantas y la salud del suelo, y como pesticidas para controlar las plagas. Como resultado, consumir productos que han sido cultivados mediante agricultura ecológica está totalmente libre de químicos dañinos, y consecuentemente, reduce el riesgo de enfermedades provenientes de la comida, enfermedades crónicas graves, y muerte prematura.
Pon tu salud antes que tu riqueza. Ser ecológico es una opción..
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